sábado, junio 10, 2006

Rosa Cruchaga

Selección de Fernanda Weinstein
DE "BAJO LA PIEL DEL AIRE" (1978)
Sé que me voy

Sé que me voy. Me voy retrocediendo
como el salmón que vuelve cuna arriba.
No alcancé nunca al mar, estando viva.
No llegaré a las cumbres, falleciendo.

Sé que te vas, te vas y no queriendo:
como una esponja amarga y fugitiva.
Hasta el fondo del mar con tu saliva,
sobre la arena rosa oscureciendo.

Sé que te vas de mí. Que nada queda:
ni un rastro ni algún sauce que nos pueda
llorar de bruces arañando el río.

Yo nunca llegué al mar. Yo nunca:
siendo que aquel morir inmerso era lo mío.
Y que. me voy, te vas. Nos vamos yendo.



Esas playas

Qué será de esas playas. Tu arena perseguida
por la imaginaria espuma de tu boca.
Tu arena de apuestas perdidas y cáscaras rojas.

Lucia añejo el borroso horizonte.
Tu sonrisa era apenas amapola amarilla.
Las actinias flotaban con su anillo disuelto
en secresión amarga.
Qué será de esas salmueras
con que tú, a ti, te perseguías.

Humeaba turbio el horizonte
bajo la piel del aire, sobre la piel de nadie.
El diluvio, el desierto, la esponja de los sauces
y tú, Novia, lloraban. Tú tragándote y tragando
la huella incomprobable que dejan las anguilas

Qué será de ese oleaje
en que te buscabas y desaparecías.
Y de las amapolas amarillas.



DE "LA JARRA OSCURA" (2002)
Menesteres

Barro con ansiedad, por si encontrara
un poco de Piedad: mía conmigo.
0 un mendrugo de pan, siendo yo el trigo
doblado al viento: como si amasara.

Refriego hambrientamente una cuchara
que me diera su máximo. Consigo
destrozarme las uñas: pero sigo
Persiguiendo con sangre el agua clara.

No sé, mi Dios, qué busco y qué rehúyo:
en tanto menester diverso cuyo
resultado común es descontento.

Restregar lo que el hambre dejó puro,
remecer lo que el tiempo hizo seguro,
y quejarme por nada: como el viento.



DE "VENGA EL BOSQUE A BUSCARME" (2004)

Cuando éramos eternos

Pensar que un día éramos eternos
como trinidad de a dos y el aire entre ambos solamente.
Hacíamos la luz al apagarla.
Las piedras cantaban con envidia, inmersas
en el silencio con que nos entendíamos y evaporábamos.

De nosotros brotaba la historia universal
Eramos el arca y el diluvio.
El bendito Mar Muerto y las malas ciudades sumergidas.
Desde nosotros partían los nómades transeúntes
cuando andábamos lento bajo un solo paraguas.

Nuestros dedos tomados eran la causa inmóvil

de la hilandera Penélope y las guerras de Troya
De los conciertos de Arrau y nuestra pobreza sin plateas.
Con cabezas juntas de reloj de arena saboreábamos
un compás escondido para las sonoras pericias.

En los veranos como un racimo caído

se agachaban ramos y zorzales sin hallarnos
No supieron que fuimos rama y trino buscándonos.

Nuestros abrigos sin moda coincidían en tiempo.
¡Qué felices malezas afeaban los parques!
Quizás quitamos el sol a un tragaluz de sótano.
O se desbandó el río de nuestra saliva ahogándonos.

Eramos casi nada y suficiente
para crear un mundo que nos dio la muerte.

Publicaciones:

Descendimiento (1959), Premio Alerce, Sociedad de Escritores
Después de tanto mar (1963). Editorial del Pacífico
Ramas sin fondo (1967). Editorial Muralla (Avila, España)
Poesías (1970). Ediciones Separata Revista "Mapocho"
Raudal (1971). Imprenta Universitaria.(Prologo de Neruda)
Elegía Jubilosa (1977). Separata Revista Mapocho
Bajo la piel del aire (1978). Nascimiento
Otro Cantar (1983). Revista Mapocho.
Sobremundo (1985). Editorial Muralla, España
Antología Breve (1987). Revista Artenea, Universidad de Concepción
La Noche del Girasol (2000).Santiago de Chile
La Jarra Oscura (2003).Ediciones Ala Antigua, Santiago de ChileVenga el bosque a buscarme. Ediciones Ala Antigua, Santiago de Chile (2004).

ENLACES:

Página de Rosa Cruchaga

1 comentario:

Gabriel Conéctate dijo...

Poesía nítida, fluida, siempre con un dejo de tristeza, pero con eco de eternidad. Magnífica poeta. Gracias por divulgarla.