Jean- Paul Daoust
EL CANTO DE LAS SERPIENTES
Comienzo a enamorarme de los harapos del cielo
Que nos aúllan azules podridos desde el hueso de las nubes
Y de esas estrellas muertas que brillan en vano
También de las lluvias ácidas que tanto se parecen a nosotros
De este asfalto que se desmenuza en desesperanzas interiores
Y de los metros y los taxis y los reactores que saturan el espacio
Donde el ozono agujereado es un expreso hacia la muerte
Comienza a gustarme la decadencia de nuestra suntuosa inutilidad
Y todas las recetas que entregan al alma una falsa cirugía plástica
Comienza a gustarme lo que no sirve estrictamente para nada
Sino para pagar impuestos a las estrellas del momento
¡Pero cómo nos gusta ofrendar a dioses estúpidos
El candor de nuestros tormentos!
Como el de ese hermoso país de la flor de lis adúltera
Y como todo el mundo desea amar entonces amémonos
En una letanía idiota hagamos saludos a nuestros fracasos
Aplaudamos la bravura de una noche alrededor de baboseadas
¿No decimos que somos descubridores de castores, osos y tribus?
¿O no somos cosmonautas de un planeta incomprendido?
Comienza a gustarme ese final que se burla de nosotros
Lo más rápido que llegue mejor será
Sé que a veces el amor es un tarro de basura
Y que las sonrisas de los cosméticos están repletas de ácidos concentrados
Vayan pues a escribir a vuestro espejo los besos de lápiz labial
Vayan a vuestras casas a educar a los futuros monstruos
Del próximo milenio para una ficción de cartón
Comienza a gustarme el no tener nada más que hacer
Duerman gente de bien porque en estos tiempos
Se prepara todo un espectáculo
Y las poesías sonoras de los agu-agu antológicos
Y los afrodisíacos anales de los miembros ejecutivos
Como comienza a gustarme todo el resto contaminado
Lo que ya escribí
El Apocalipsis hace tap-dance sobre el planeta
Is it Tango or rock n'roll or Heavy Metal
o el descuento de las uniones
AM FM de una oreja a otra no es más que un problema de cerumen
Pero siempre me gustaron los ojos instantáneos
Las caricias miopes y las pieles safari de las noches
Sobre todo aquellas de lecturas que parecen tan sofisticadas
¡Ah! sin duda comienza a gustarme el imposible
Lo que sucede después de las rebajas en los sauna
Lo de los baños de los bares con sus historias de ferias públicas
Pero quizá apenas comienza a gustarme
El lirismo de un payaso gótico
No tengo nada que perder después de la del país
Verdaderamente no me arrepiento sino de uno o dos amores
O quizá tampoco
O quizá comenzamos a amar quizás
No tengo fronteras ni tabú natural
Y todo cuerpo capaz de provocar erección al papa bienvenido sea
En realidad no tengo más que la palabra como una herida abierta
Me gusta el sonido del hielo de la noche en el cristal de un vaso
El fulgor ahogado de una estrella polar al fondo de pozo llamado luz
Podemos amar el ser bárbaro del otro
Tengo la lengua afilada lista e escalpar cerebros
Tengo el ojo de lince apto a ubicar a perdidos de sentimiento
Tengo la boca desdentada del lobo hambriento pero aún eficaz
Tengo los brazos descarnados por culpa de lazos programados
Comienza a gustarme tener que decir de nuevo las cosas olvidadas
Y parece que ahora son proscritas
Porque sepa usted que hay ideas fétidas como las iglesias
Clases de cadáveres en gestación que aun se permiten flagelar
Escucho el morado ronquido de una garganta apenas muerta
Inmediatamente agarro el alma con una cuerda y la suelto
Sobre la pista de baile de un campus universitario
Empiezan a gustarme las películas de horror literario
Los profesores desgarrados por sus tontas preguntas
Y sin el menor gesto con sólo un simple fruncir de acento circunflejo
La circuncisión de la nariz del lector de buenos libros en pijama
Todos tenemos muchos demonios que quemar
Tomémonos todo el tiempo eso hace durar el infierno
Empiezan a gustarme las ficciones de fantasmas
De lentejuelas con palabras travestidas y orgullosas de serlo
Empieza a gustarme el viento en las ventanas térmicas
Los movimientos de las polvaredas de nieve que recuerdan poemas
Y cómo olvidar tus labios vivaces de besos
Sobre todo cuando golpeaban a mi puerta tal un viento indecente
Por todo eso y por muchas otras cosas un poeta
Llegó a serlo y les dice a otros que ama
En aquel tiempo el poeta más decadente que lo permitido
Aprendía a silbar el canto de la serpiente
DECADENCIA
La poesía nace y muere
Durante nuestra existencia
Parásita resplandeciente
Sobre la civilización que agoniza
Cuando los labios de los amantes
En sus respiraciones cómplices
Dejan a los Narcisos violar
El agua de los sueños
Que se pierde en el bosque durmiente
Como una brújula que se volvió loca
El tiempo lanza el sol
En pétalos gastados
A los perfumes metálicos
De reflejos de ciudades
Cuando hacer el amor son deseos
Que lanzamos a aguas contaminadas
De ríos largos y anchos
Como brazos de enamorados
Que se están ahogando
En la sangre de las caricias
Cuando las horas caen
Como faldas sin joyas
Cerca de ángeles colgados
De alas empolvadas
Que probaron el fuego de lágrimas
Cuando escucho tus palabras
Cerca del rojo de tus labios
Que de dientes muy blancos
Dejan malhumorado y morado
Entonces a pesar de los cabellos rubios del cielo
Llueve de golpe
Rocas sin cristal
Perlas sin alma
Sobre la suntuosidad de nuestra decadencia
Comienzo a enamorarme de los harapos del cielo
Que nos aúllan azules podridos desde el hueso de las nubes
Y de esas estrellas muertas que brillan en vano
También de las lluvias ácidas que tanto se parecen a nosotros
De este asfalto que se desmenuza en desesperanzas interiores
Y de los metros y los taxis y los reactores que saturan el espacio
Donde el ozono agujereado es un expreso hacia la muerte
Comienza a gustarme la decadencia de nuestra suntuosa inutilidad
Y todas las recetas que entregan al alma una falsa cirugía plástica
Comienza a gustarme lo que no sirve estrictamente para nada
Sino para pagar impuestos a las estrellas del momento
¡Pero cómo nos gusta ofrendar a dioses estúpidos
El candor de nuestros tormentos!
Como el de ese hermoso país de la flor de lis adúltera
Y como todo el mundo desea amar entonces amémonos
En una letanía idiota hagamos saludos a nuestros fracasos
Aplaudamos la bravura de una noche alrededor de baboseadas
¿No decimos que somos descubridores de castores, osos y tribus?
¿O no somos cosmonautas de un planeta incomprendido?
Comienza a gustarme ese final que se burla de nosotros
Lo más rápido que llegue mejor será
Sé que a veces el amor es un tarro de basura
Y que las sonrisas de los cosméticos están repletas de ácidos concentrados
Vayan pues a escribir a vuestro espejo los besos de lápiz labial
Vayan a vuestras casas a educar a los futuros monstruos
Del próximo milenio para una ficción de cartón
Comienza a gustarme el no tener nada más que hacer
Duerman gente de bien porque en estos tiempos
Se prepara todo un espectáculo
Y las poesías sonoras de los agu-agu antológicos
Y los afrodisíacos anales de los miembros ejecutivos
Como comienza a gustarme todo el resto contaminado
Lo que ya escribí
El Apocalipsis hace tap-dance sobre el planeta
Is it Tango or rock n'roll or Heavy Metal
o el descuento de las uniones
AM FM de una oreja a otra no es más que un problema de cerumen
Pero siempre me gustaron los ojos instantáneos
Las caricias miopes y las pieles safari de las noches
Sobre todo aquellas de lecturas que parecen tan sofisticadas
¡Ah! sin duda comienza a gustarme el imposible
Lo que sucede después de las rebajas en los sauna
Lo de los baños de los bares con sus historias de ferias públicas
Pero quizá apenas comienza a gustarme
El lirismo de un payaso gótico
No tengo nada que perder después de la del país
Verdaderamente no me arrepiento sino de uno o dos amores
O quizá tampoco
O quizá comenzamos a amar quizás
No tengo fronteras ni tabú natural
Y todo cuerpo capaz de provocar erección al papa bienvenido sea
En realidad no tengo más que la palabra como una herida abierta
Me gusta el sonido del hielo de la noche en el cristal de un vaso
El fulgor ahogado de una estrella polar al fondo de pozo llamado luz
Podemos amar el ser bárbaro del otro
Tengo la lengua afilada lista e escalpar cerebros
Tengo el ojo de lince apto a ubicar a perdidos de sentimiento
Tengo la boca desdentada del lobo hambriento pero aún eficaz
Tengo los brazos descarnados por culpa de lazos programados
Comienza a gustarme tener que decir de nuevo las cosas olvidadas
Y parece que ahora son proscritas
Porque sepa usted que hay ideas fétidas como las iglesias
Clases de cadáveres en gestación que aun se permiten flagelar
Escucho el morado ronquido de una garganta apenas muerta
Inmediatamente agarro el alma con una cuerda y la suelto
Sobre la pista de baile de un campus universitario
Empiezan a gustarme las películas de horror literario
Los profesores desgarrados por sus tontas preguntas
Y sin el menor gesto con sólo un simple fruncir de acento circunflejo
La circuncisión de la nariz del lector de buenos libros en pijama
Todos tenemos muchos demonios que quemar
Tomémonos todo el tiempo eso hace durar el infierno
Empiezan a gustarme las ficciones de fantasmas
De lentejuelas con palabras travestidas y orgullosas de serlo
Empieza a gustarme el viento en las ventanas térmicas
Los movimientos de las polvaredas de nieve que recuerdan poemas
Y cómo olvidar tus labios vivaces de besos
Sobre todo cuando golpeaban a mi puerta tal un viento indecente
Por todo eso y por muchas otras cosas un poeta
Llegó a serlo y les dice a otros que ama
En aquel tiempo el poeta más decadente que lo permitido
Aprendía a silbar el canto de la serpiente
DECADENCIA
La poesía nace y muere
Durante nuestra existencia
Parásita resplandeciente
Sobre la civilización que agoniza
Cuando los labios de los amantes
En sus respiraciones cómplices
Dejan a los Narcisos violar
El agua de los sueños
Que se pierde en el bosque durmiente
Como una brújula que se volvió loca
El tiempo lanza el sol
En pétalos gastados
A los perfumes metálicos
De reflejos de ciudades
Cuando hacer el amor son deseos
Que lanzamos a aguas contaminadas
De ríos largos y anchos
Como brazos de enamorados
Que se están ahogando
En la sangre de las caricias
Cuando las horas caen
Como faldas sin joyas
Cerca de ángeles colgados
De alas empolvadas
Que probaron el fuego de lágrimas
Cuando escucho tus palabras
Cerca del rojo de tus labios
Que de dientes muy blancos
Dejan malhumorado y morado
Entonces a pesar de los cabellos rubios del cielo
Llueve de golpe
Rocas sin cristal
Perlas sin alma
Sobre la suntuosidad de nuestra decadencia
Jean-Paul Daoust nació en Valleyfield, Quebec, en 1948. Cumplió en la facultad de letras de la Universidad de Montreal con un Bachillerato en literatura y luego una Maestría en Letras. El poeta también cuenta con dos novelas, es profesor, crítico literario y desempeña la función de director de la revista de poesía Estuaire. En 1990 recibió el Premio Nacional de Literatura de Canadá, por la obra Les Cendres Bleues.
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